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Lo que paso en Bruselas durante el partido entre Bélgica y España, donde este último se jugaba la clara chance de clasificar al próximo mundial en Japón 2019, vio un episodio poco habitual para un partido entre selecciones, donde el árbitro tuvo que salir del estadio resguardado mientras los jugadores españoles le siguieron por toda la cancha recriminándole su cometido. Repudiable comportamiento, pero todo esto pudo ser evitado.
Ante la derrota de España (18-10), que jugo un muy mal partido como visitante, sumado al descontrol que le provoco que se le cobraran 28 penales en contra durante el encuentro, una cifra que para cualquier nivel al menos es llamativa, frente a 8 de su rival, permitió a Rumania clasificarse a la RWC2019 y ser el equipo que enfrentara al local, nada menos que en el encuentro inaugural, algo que se había propuesto tiempo atrás Santi Santos, entrenador de España, en una frase llena de seguridad y optimismo.
Al menos curioso en toda esta historia y donde la mayoría de la gente hace hincapié, además de condenar y lamentar el comportamiento del plantel español al final del encuentro, es que la terna arbitral en este decisivo encuentro para España, quien estaba en cancha, y Rumania que lo seguía por tv, era que los árbitros designados para impartir justicia eran de nacionalidad rumana, tema que fue tocado en la previa y según consignan medios españoles, la Federación Española de Rugby solicito el 18 de febrero a los encargados de la competencia, Europa Rugby (ER), cambiar la terna para evitar suspicacias ante lo que estaba en juego, un mundial, lo que fue rechazado por ER según agregan los medios. Toda una telenovela que se agranda aún más con el hecho que Europa Rugby es presidida por el también rumano, Octavian Morariu y sumado a que ante la inminente no clasificación directa, el staff técnico del seleccionado rumano había decidido renunciar días antes.
Con el correr de las horas, más antecedentes complementaban el episodio, a tal punto que incluso el vicepresidente de la World Rugby (WR), Agustín Pichot, solicitaba a sus seguidores algún link para revisar el encuentro dada la gran cantidad de mensajes que le llegaban, según afirmo en su cuenta de twitter.
EL OTRO CASO
Esto se suma a lo que paso en la previa de la última fecha del seis naciones jugada este fin de semana, donde uno de los árbitros asistentes fue invitado a un entrenamiento de Inglaterra, nada extraño salvo que el sudafricano Marius van der Westhuizen estaría presente en la cancha en la terna arbitral para el encuentro en que La Rosa recibía al campeón Irlanda, donde el trébol llegaba con chance de llevarse el grand slam del torneo. Para evitar mayores suspicacias la World Rugby actuó rápidamente y cambio al referi en cuestión lamentando lo ocurrido. Simple, rápido, efectivo.
En el caso de Bélgica y España, ya la WR aclaro que no tiene injerencia en la designacion de árbitros para el torneo europeo, pero si anuncio que se revisara el caso dado que es una competencia que da cupos para el mundial.
Eso sí, agregar que nadie de los que están hoy con las antorchas y dientes apretados mirando que sucede con este tema que afecta a España, dio mayores luces o pidió dar vuelta atrás el partido de hace unos meses entre Rusia y España, en donde el grosero error del árbitro, el irlandés Frank Murphy, no cobrara un try clarísimo y obvio a Rusia al final del partido, lo que a la postre le permitió a España llevarse puntos valiosos desde Krasnodar y llegar hasta donde estaba antes del encuentro en Bruselas, todo porque al árbitro, quien no vio dicho try, se le respetó su decisión, en una competencia que no cuenta con TMO (al menos en los partidos aquí señalados).
Un lío que está lejos de terminar y que a todas luces era evitable y le pega justo a uno de los puntos más diferenciadores de este deporte con otras disciplinas colectivas, el trato entre árbitros y jugadores.
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