En un partidazo, que se suma al de Japón por la relevancia en este mundial, ya que puede incidir a que quede fuera el local, Gales, en un partido a puro corazón, le dio vuelta el partido a una Inglaterra que se la jugó al final por ganar por medio de un line y maul que nunca llego.
Un gales, que gano precisamente como gales, a puro tackle y defensa, que pese al gran trabajo del pack, fueron superados en el scrum, vieron llegar los fantasmas de otra tragedia, con nuevos lesionados y cambios al por mayor, con un fly half como full back un medio scrum en una punta, pero que todo se reduciría al pie de Dan Biggar con su patada en penal de media cancha y ese empuje del maul a cinco metros en defensa para sacar y destruir la ilusión inglesa dentro y fuera de la cancha.
El significado de este encuentro es simplemente que Gales tiene una vía más accesible -en teoría- para clasificar frente a Fiji, e Inglaterra tiene que ganarle a Australia, otro que cuando se trata de jugarle a los ingleses, en Twickenham, es partido aparte, cosas de la historia.