Chile se encuentra a horas de comenzar una versión mejorada de un circuito sudamericano de seven que da un salto gigantesco al tener como equipos participantes a planteles internacionales tradicionales tanto del hemisferio sur como del norte.
Para los Condores 7s la lucha estará entre los equipos sudamericanos –salvo Argentina- por llegar lo más alto de la tabla acumulada, junto con el Seven Viña, para obtener los cupos al mundial de rugby, acceso a la Qualy de Hong Kong e invitación a las fechas del Circuito Mundial cuando este pase por Estados Unidos y Canadá. Han sido varias las ocasiones a lo largo del tiempo que hemos remarcado el proceso de este plantel, por el que han pasado varios nombres, pero siempre ha sabido reinventarse y seguir en paulatina alza, ahora viven una inusitada oleada de medios no habituales deseosos de tener mayor información de sus movimientos, notas, entrevistas e invitaciones a programas, es en parte, lo que se busca como masificación de un deporte, y es algo con lo que lidian a diario los planteles profesionales en cada una de sus disciplinas, pero siendo este un grupo que aún se mantiene amateur –trabajos y/o estudios- no porque quieran si no porque todavía no está la estructura desarrollada ¿Cuánto puede influir en su desempeño tanta efervescencia?
Desde aquella jornada histórica en el Silicón Valley 7s frente a Nueva Zelanda hace ya unos meses, la rueda no ha parado de girar – Juegos Bolivarianos con Oro de por medio- y la carga mediática ha ido en aumento, más aun con la proximidad del Seven Viña, que este año sin dudas marcara otro hito al albergar tanto su tradicional competencia de clubes –7sPunta es hoy solo selecciones-, más una reforzada copa selecciones, es simplemente algo imperdible como evento deportivo que se desarrolle anualmente en el territorio nacional, es por eso que el crecimiento del torneo, más la buena campaña del seleccionado, eleva las expectativas de los seguidores y de paso ha contagiado a otra parcialidad dada la exposición en medios. Este puede que sea otro momento bisagra para el rugby en Chile, con la posibilidad de mundial a la vista, pero siempre con la noción a que los del frente también juegan y tienen sus metas y sueños.
El éxito depende de ellos y que nosotros los acompañemos de manera positiva antes, durante y después, al final, esto sigue siendo rugby y eso también ayuda a promover y educar a un público nuevo que se acerca gracias al seven. El primer paso se escribe en Uruguay.