Finalmente, Los Cóndores escriben las páginas más dulces y emotivas de la historia del rugby chileno y tenemos la fortuna de ser testigos de este tremendo momento.
¿Pero qué se puede escribir que no se haya escrito? ¿O qué podemos analizar que no se haya analizado? Solo diremos que la grandeza que enarbola la llegada de Chile al mundial está magnificada en que hace tan solo unos años atrás, muchos de los jugadores que hoy son figuras indiscutidas en el quince nacional, masticaban mierda como se dice popularmente. Cuando la entonces dirigencia buscaba reposicionarse en la región junto a Uruguay, pero sin brújula ni herramientas. El rugby había cambiado, pero nosotros no. En tanto, al interior de Chile rugby solo había hermetismo y descoordinación, propio también de una estructura amateur que no lograba dar pie en un torno súper profesional. En ese baile estaban los jugadores, terminando siempre expuestos y dando la cara en cancha. Muchos de ellos irán a Francia 2023 y eso es lo que más emociona.
La gente creyó. Las palmas contra el acrílico del Santa Laura, brindando el reconocimiento y el apoyo a Los Cóndores tras los primeros 80 minutos de la serie ante Estados Unidos.
Creer, luchar, ir contra la adversidad, aprender a reconocer las debilidades desarrollando la capacidad para superarlas y revertir la realidad por pantanosa que esta sea, ese es el TRY que más emociona y que deslumbra a quienes hemos sido testigos de todo el camino recorrido hasta la estación Francia 2023. Ese es el TRY que hoy tenemos que viralizar.
Después podemos mencionar el trabajo serio y profesional que lidera Pablo Lemoine, con el apoyo de una directiva de Chile Rugby, convencida del proceso que inicialmente apuntaba a la copa del mundo 2027 en Australia. La estrategia del uruguayo fue impecable, la rotación de jugadores tanto durante los partidos como entre las fechas de los encuentros dio sus frutos.
Se hizo todo bien, las concentraciones, los camp de entrenamiento, la asesoría técnica en arbitraje internacional y un sinfín de detalles que seguramente hoy se nos escapan.
Por otro lado, la plataforma de SLAR para la franquicia Selknam que también fue la fragua de esta escuadra, Los Cóndores lograron lo que pretendían en algún momento Los Pumas con Jaguares y el Súper Rugby, afianzar un equipo y hacer que juegue como una máquina aceitada y recién afinada en las instancias decisivas.
Y para cerrar un poco esta reflexión de corte mundialista, no podemos dejar de mencionar la importancia del Seven a Side y Edmundo Olfos. Hoy, una base de jugadores que marcan diferencias en Los Cóndores proviene precisamente del Seven, y fueron pulidos, sin lugar a dudas por Olfos, quien pese a la realidad que atravesaba, instauró en sus jugadores la idea de competir como profesionales desde una plataforma totalmente amateur. Sin dudas el gran ausente en Denver, pero presente con su legado en cancha.
Rodrigo Fernández, ayer figura de Cóndores 7, hoy uno de los puntos desequilibrantes en el XV nacional.
Los meses pasarán rápidamente, la Copa del Mundo está a la vuelta de la esquina y seguramente el staff técnico ya está preparando lo que serán las próximas páginas del rugby nacional, sin dudas las más bellas que hayamos podido leer.
Fotografías: @Fotogramax