Samoa ha enfrentado este sábado a una potencia económica, Francia se ubica en el 6º lugar de los países más ricos y Samoa está dentro de los países menos adelantados.
11avos en la clasificación IRB han logrado mantener un nivel de competividad asombroso, careciendo de un entorno favorable de sponsors, con una industria prácticamente inexistente y con una población de alrededor 200 mil habitantes, el equivalente a la de un barrio de Santiago. 2.500 licenciados en 96 clubes.
Sin la posibilidad concreta de un apoyo financiero, proveniente de entradas regulares de dinero, han solicitado la ayuda de un mecenas Neo-Zelandés, Sir Michael Fay, que financió la construcción de navíos participantes en la America’s Cup por cuenta de Nueva-Zelanda. “Cuando la Federación de Samoa solicitó mi concurso, acepté no sólo movido por mi amor al deporte y en especial al rugby. En Nueva-Zelanda estamos orgullosos de participar en la America’s Cup siendo una pequeña nación, ayudar al desarrollo de una pequeña nación de rugby me entusiasmó”.
Pero actualmente la dimensión del rugby es otra y Sir Michael Fay ha lanzado un llamado a la IRB con el objeto de ayudar a las pequeñas naciones del Pacífico. “Cambios fundamentales deben realizarse si queremos que el rugby salga de los moldes tradicionales. No venimos a mendigar, queremos desarrollar nuestra propia identidad y participar en una copa del mundo con verdaderas posibilidades de ganarla. Desde hace algunos años avances serios se han producido a partir de inversiones de la IRB en programas estratégicos. El problema es saber hasta que punto podemos seguir siendo competitivos frente a las grandes naciones, constatando desgraciadamente de que cada vez más dependeremos de la ayuda financiera de la IRB. No podemos pensar en un modelo estructurado en torno a los derechos de TV, recaudación de entradas, sponsors y productos derivados. El mercado es estrechísimo. La única salida es un sistema de repartición de los ingresos entre las naciones. Un sistema basado en la equidad sería garantía que permita a las pequeñas naciones mantenerse en el rango actual dentro de la jerarquía mundial”.
Algunas cifras:
La gira europea le cuesta a Samoa 224.000 euros.
El gobierno de Samoa da alrededor de 73.000 euros por año a la Federación.
El presupuesto de la Federación Samoana es de 897.000 euros por año. Es soportado por el estado, sponsors y la IRB que financia el desarrollo del rugby (árbitros, entrenadores, apoyo a talentos) pero no las giras de la selección.
Cada jugador recibe 5,6 euros diarios durante la gira.