Ya es oficial el cambio de sede desde Antofagasta a Temuco. Luego de días muy agitados, tanto en la prensa como en el filudo mundo de las redes sociales, nos queda la sensación de que se hicieron mal las cosas. Todos apuntan a la alcaldesa Rojo de Antofagasta como la principal responsable de ver el sueño truncado de tener el mundial en el norte, y claro, quizás sea en parte así. Y digo en parte porque me gustaría levantar un punto sobre el cual poco y nada se ha reflexionado, hay una realidad y es que el mundial estaba, como proyecto, pensado a ser realizado en el estadio “Las Almejas” de Antofagasta. Que pasó? Que un mes antes del kickoff de un mundial de rugby un veedor de la IRB informa que la cancha no es apta para albergar la cita mundial. Ojo, un mes antes! Vale decir que, el estadio que estaba postulado por la organización, aprobado por el municipio, de un día a otro no contaba con las condiciones necesarias para llevar a cabo un mundial de rugby. La solución? El famoso estadio regional de futbol, recientemente remodelado pensando de cara a la Copa América 2015. Todos sabemos lo que viene después, pero cuidado, la negativa desde la alcaldía de facilitar las instalaciones tienen una base jurídica, que a mi entender es comprensible y condenable a la vez, porque resulta que, según informa el equipo jurídico de la alcaldesa, una de las clausulas de la remodelación no permite modificar características y aspectos del estadio, que son impresindibles para recibir el mundial y de hacerlo, se pierde el derecho a garantía por cualquier problema que pudiese aparecer en el futuro relacionado con la obra. Este tipo de garantías no son como las que adquirimos por 3 meses al comprar un pantalón en alguna mega tienda, sino que son cuanto menos por varios años, los que exceden el período de mandato de cualquier alcaldía en chile. Es aquí donde se comprende que no se puede eliminar una garantía de este tipo y dejarle la soga al cuello a cualquier administración que preceda a la actual, cualquiera sea el color político que la misma tenga. Pero este episodio también es condenable, porque el amor por la empresa privada, la devoción por las ganancias y la pasión por “a ver si te jodo” triunfan al aprobarse un contrato en el que hay una cláusula del tipo “pierdes la garantía si modificas lo que hicimos” tratándose de un estadio de carácter ESTATAL, ya sea a cargo del municipio o del gobierno regional. Y la gente? Y la comunidad? Y los usuarios? Bueno, seamos sinceros, este tipo de trampitas en los contratos y concesiones a privados lo vemos y lo vivimos día a día, a quien no le ha pasado estar horas en un taco de una autopista concesionada y tener que pagar el peaje sin derecho a réplica, sólo por citar un ejemplo.
El punto es que, me llama poderosamente la atención, que se postule a un mundial de rugby sin saber siquiera si la cancha que se está ofreciendo cuenta con las necesidades que exige un evento de tan importante envergadura. Cuál es la responsabilidad de Rojo en este episodio? Seguramente algo puede atribuírsele, pero toda esta teleserie que desprestigia nuestro rugby y nuestro país, tal cual se ha señalado hasta el cansancio en las redes sociales, las cartas y fotos de las víctimas de la alcaldesa dando vueltas por cuanta web social existe, se podrían haber evitado si alguien hubiese hecho la pega como tiene que hacerse en el momento indicado. Creo que es fácil guardar silencio y ver como se apunta con el dedo a otro por los errores de uno, esa actitud claramente no se condice con los valores del rugby ni los de ningún deporte.
Estuvimos tan cerca de que por la desprolijidad de algunos pagáramos todos… Afortunadamente las autoridades de Temuco han sabido dar la mano que en el norte no pudieron, esperemos que este episodio oscuro sea finalmente una gran lección para nuestros dirigentes de cara al futuro.
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