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La polémica en torno a la sanción de Farrel. La contradicción al más alto nivel.
Ya de público conocimiento es el episodio suscitado durante el partido disputado en Twickenham, cuando Owen Farrel ejecutó una acción de tackle alto, con marcados rasgos de topetazo, sobre Taine Basham.
Tanto los espectadores, árbitros, staff, cameraman, sponsors y el mismo Farrell sabían que se trataba de una clara tarjeta roja. Esto a la luz de la severidad con la que se sancionan estas acciones de juego peligroso, sumado a que Farrell es un jugador con historial en este tipo de acciones. Tras ver la amarilla la revisión de la jugada sentenció, durante el match, lo que todos suponíamos: Tarjeta roja.
Expulsión para el capitán inglés y solo quedaba esperar cual sería la sanción de partidos, extrapolando esa situación a lo que sería su participación en el inicio de la Copa del Mundo Francia 2023.
Pero algo muy extraño ocurrió entonces, durante el proceso de revisión, previo al anuncio de las penas por concepto disciplinario, el comité de disciplina encontró un elemento mitigante en la acción de Farrell sobre Taine Basham. Y es que, de acuerdo a lo indagado, se encontrón un empujón de Jamie George a Basham justo antes del golpe con Farrell. Esto, según la explicación entregada, genera cambios físicos y de dinámica de movimiento que, a entender de los expertos, mitigan la intencionalidad del Capitán de Inglaterra. El departamento de Mecánica Dinámica de de la comisión disciplinaria cambiaba de esta manera una eventual sanción de 6 semanas por algunos minutos en la banca, es decir, todo el episodio sancionado de forma satisfactoria con una tarjeta amarilla.
Tras este anuncio, como era de esperar, las redes sociales explotaron, al mismo tiempo que los ingleses respiraban más tranquilos. El contraste es fuerte, hace solo días el jugador argentino Juan Cruz Mallía fue sancionado duramente por un golpe tardío al scrumhalf sudafricano Grant Williams, pese a que Mallía se encontraba lanzado en el aire, sin posibilidad de cambiar su trayectoria y haber tocado incluso el balón tras el kick de su rival.
Estos sucesos son un golpe duro para la añorada estructura valórica del rugby. El rugby se enseña desde sus orígenes como un deporte de valores, es una de las banderas que enamoran a quienes lo practican o siguen como aficionados. Recuerdo haber estado en cursos donde se analizaba a modo de temática la superioridad moral, comparando el rugby con otros deportes e incluso, realizando paralelos con la sociedad, hoy por hoy sumergida en un mar de episodios de corrupción y desconfianza.
Dicho lo anterior, decepciona como se ha intentado hacer un bypass con la sanción de Farrell. Ahora World Rugby ha apelado la decisión de revocar la tarjeta roja… veremos en que termina esta película que lleva por título «Keep Rugby Clean».
