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Irlanda se impuso frente a Gales 27–12 en Dublín y todavía se mantiene como probable ganador del Torneo. Los Diablos rojos pagaron cara su falta de disciplina y fueron ampliamente distanciados en el marcador, al estar con 14 en la cancha en el primer lapso del encuentro.
Hay un problema con Gales que no logra soltar las amarras desde el comienzo de un partido. Durante todo este Torneo 2010 les costó entrar de inmediato en los partidos y siempre tardaron al menos un período completo en hacerlo. Esta vez en el Croke Park no hubo excepción a la regla. Si durante el primer cuarto de hora jugaron de igual a igual contra los locales, los Diablos rojos pagaron cara su indisciplina en el juego desde el piso. Tal es así que el partido tomó su cariz definitivo en el minuto 25, cuando el full back Byrne fue sancionado con tarjeta amarilla en una de las tantas faltas galesas. El árbitro sud-africano Joubert fue muy estricto en lo que a juego en los agrupados se refiere, a lo largo de todo el cotejo. Y durante los diez minutos que estuvieron en inferioridad numérica, los Rojos fueron visitados dos veces en su in-goal, con un marcador de 13-0.
Irlanda mostró gran realismo en este encuentro. Si bien es cierto que el apertura Sexton, titular en lugar de O’Gara, no estuvo en su mejor tarde frente a los palos, hubo en cambio dos tries oportunistas, uno de Earls (27’) y el otro del medio scrum O’Leary (31’). Y cuando Gales pudo imponer su juego en el segundo tiempo, los hombres de Declan Kidney supieron hacerse presentes en el marcador, cada vez que la ocasión se les presentó. De nada les sirvió a los Galeses mostrar estadísticas excelentes: 55% de posesión de la pelota en la primera hora de juego (¡83% en el segundo tiempo!) y a pesar de las embestidas del sólido primer centro Jamie Roberts, intentando producir el desequilibrio, los Diablos rojos no irían nunca a encontrar la fisura del muro levantado por sus adversarios.
Doblete para Irlanda
Habrá que decir que los camaradas de Marty Williams estuvieron faltos de velocidad en sus ataques, que no hubo encadenamiento colectivo por el ancho, que en la hilera fueron imprecisos (cuatro balones perdidos en lanzamientos propios durante el primer cuarto de hora) y que carecieron de realismo para poder concretizar tiempos de juego favorables. Se encontraron con un equipo de Irlanda apoyado por 82.000 espectadores y que supo muy bien responder, cuando fue necesario, al ritmo impuesto por Gales. Justo antes de completarse una hora de juego, Earls volvía a apoyar la pelota en el in-goal contrario por segunda vez, a partir de un ataque de primera mano, cuando el dominio galés se hacía sentir con vehemencia (59’).
El pie de Stephen Jones no fue suficiente para acortar la diferencia en el marcador, Irlanda se impuso con un 27-12 en un encuentro que no dominó pero que supo administrar. Mantiene aún todas sus posibilidades de ganar este Torneo por segunda vez consecutiva y recibirá a Escocia en su último partido el 20 de marzo. En cuanto a Los Diablos rojos, éstos tienen momentos de juego de mucha intensidad, con fulgores individuales. Gales continúa mostrando que es un equipo que no se encuentra con un rugby que logre con mayor frecuencia concretizar, probablemente les va a faltar una inexistente segunda rueda para probar lo contrario.
Escocia logra salvar el honor. Con un empate a 15 contra Inglaterra en el Murrayfield, Escocia evita la cuchara de palo. Terminar el Torneo de 6 Naciones 2010 con sólo derrotas. Por su parte, Inglaterra ha perdido prácticamente toda posibilidad de ganar la competencia.
Andy Robinson puede dormir tranquilo. Los Escoceses están seguros de no terminar con cero puntos este 6 Naciones 2010, al final de un partido muy disputado en el que fue el juego defensivo y destructor el que predominó sobre el ataque y la creación. 15 a 15 es el resultado que hace justicia a un partido equilibrado en su mayor parte, con dos equipos que se entregaron a fondo durante todo el cotejo. Inglaterra conserva la Calcuta Cup, pero sus posibilidades para ganar el Torneo son mínimas.
Partido estrecho
De locales, delante un público muy entusiasta, los del Cardo entraron con el pie derecho en el partido. Con viveza, presteza y agresividad en los rucks, trataron de imponerle velocidad a su juego, intentando crear la ruptura, atacando balón en mano, sobre todo que su juego al pie daba claras muestras de ineficacia. Frente a ellos, los Ingleses se contentaron con esperarlos afianzando posiciones, sólidos defensivamente hablando, jugando algunos balones de contragolpe. El quince del Cardo mostraba sus intenciones ofensivas, pero sin lograr encontrar la clave del problema defensivo. Se reposó en el pie de su apertura Dan Parks que encontró eco en Wilkinson y después Toby Flood, una vez que Wilko abandonó el campo de juego en el minuto 45, K.O. después de un tackle contra Max Evans. Los pateadores de ambos elencos se repartieron el marcador y el suspenso duró todo el partido. Hubo un balón de un penal tirado por Parks que dio en un palo y que los Escoceses recuperaron, siguiendo a la acción un nuevo penal esta vez convertido. Fricciones entre forwards no faltaron y los hookers de ambas escuadras intercambiaron algunas caricias, pero el árbitro, el señor Jonker de África del Sur, se contentó con amonestarlos.
Organización versus euforia
Los Albos durante el segundo lapso mostraron mayor agresividad y fueron muy voluntariosos en el combate y el scrum inglés fue por momentos levemente superior al escocés. Los Escoceses no escatimaron esfuerzos y trataron siempre de producir juego. Pero les faltó la suficiente organización que les permitiese desestabilizar una defensa inglesa vigilante y rigurosa. Incluso Inglaterra dirigió al final del partido el debate ofensivo, fue más precisa, más pertinente atacando la línea de ventaja. Dan Parks y Toby Flood se neutralizaron, el apertura inglés intentó un drop que fue interceptado en los minutos de descuento. 15 a 15 el marcador. Resultado final y fiel reflejo de lo que se vivió esta tarde en el estadio Murrayfield en Edimburgo.
