La cosa es más grave de lo que se podía pensar. Es cómo cuando te pasan tres tries en menos de 10 minutos y uno se dice que al final de cuentas no es el resultado lo que importa. Y que queda la actitud, la entereza para seguir jugando, que después de todo nos gusta antes que nada estar en la cancha, sin importar el marcador. Evitar los comentarios hirientes entre compañeros. Aunar fuerzas, hombro con hombro. Empujar en el scrum y si no somos muy buenos abriéndola en el pase, al menos tacklear. Y ahí te vas dando cuenta que quería decir el entrenador al hablar de recuperación, cuando repetía varias veces la palabra defensa. Es a partir de la resistencia a un adversario superior que podemos levantar cabeza. Los mejores balones son los de recuperación. Pero muchas veces éstos no son de regalo y hay que ir a buscarlos donde las papas queman.
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Grandes palabras!