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Sin misericordia. Así fue el partido que, por el momento, entra en los libros de estadísticas como la máxima diferencia entre ambos países, algo que sin lugar a dudas duele en el corazón de cualquier seguidor de los springboks con ese gran CERO que marcara por mucho tiempo su gran orgullo ovalado.
Es también muy probable, ya que los tiempos así lo indican pensando en el próximo mundial, que una vez finalizado el torneo del hemisferio sur, el entrenador Allister Coetzze diga adiós, de otra forma sería muy raro que estando con la oportunidad de hacer cambios, dejándole tiempo de trabajo a un nuevo staff, que la dirigencia sudafricana no lo aproveche.
Sobre el partido, en la cancha hubo un solo equipo, frente a ellos una Sudáfrica sin respuestas ni ideas, eran solo pequeños destellos verdes ante un tsunami negro que entraba y dañaba por todos lados, sumado a los errores propios, como por ejemplo el line out que prácticamente no existió por parte de los boks. Jugar contra los all blacks ya es difícil, hacerlo sin tus balones se hace imposible. Así llegaron uno tras otro, los ocho tries de los de negro: Rieko Ioane, Nehe Milner-Skudder 2, Scott Barrett, Brodie Retallick, Ofa Tu’ungafasi, Lima Sopoaga, Codie Taylor, todos de gran factura y habilidad, ya en un momento decididos a jugar rápido y desde todos lados ante la nula reacción verde, en los penales dejaron de sumar de a 3 y apuntaban al line y maul, que eso ya hiere el orgullo, conversiones con el audio del estadio y publico cantando sweet caroline demuestran lo que pasaba en la cancha de Albany sobre el final. Antes, ya por los 50’, el lenguaje corporal de los boks era preocupante, se notaba que no querían seguir en cancha y que todo pasara lo más rápido posible, se destacó en la transmisión para sudamérica la disciplina, el no entrar en rosca pese al marcador histórico en contra, pero a decir verdad, esa misma disciplina a la que hacían referencia es comparable más a una pérdida de identidad, su habitual aspereza para enfrentar cada duelo, y eso, para un país como Sudáfrica, es grave y les toca el corazón.
Ambas naciones viven una época de renovación de planteles, si, la Nueva Zelanda de Hansen se renueva y marca 57 puntos a 0, así de peligrosos, nuevos prodigios aparecen desde su gran trabajo de detección y proyección, Sudáfrica por otro lado vive una fuga de talentos y un sistema de campeonatos que no le ha encontrado vuelta, su gran torneo local, la Currie Cup está a la baja, sin mucho público y difusión fuera de sus tierras, sus franquicias, exceptuando Lions, al debe, tanto así que hoy dos de ellas, fueron forzadas a dejar el super rugby, juegan un rarísimo torneo en un nuevo formato de PRO14 con irlandeses, escoceses, galeses, e italianos. El rugby sudafricano recorre el mundo, pero con una brújula averiada.
