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Lo que todos sabemos…

Mejor un CLUB que solo un equipo.

Mucho nos jactamos del espíritu de nuestro deporte; el que muestra un indispensable orden y sistema de jerarquías por todos respetadas, en el que además reconocemos lo indispensable de cada uno de sus miembros, en pos del mejor desarrollo de nuestro juego.
Muchas teorías se escuchan hoy en el rugby chileno sobre qué es lo mejor para mejorar y de una vez por todas encaminarnos hacia mejores logros.

Lo que sí está claro, es que en el mundo del rugby existen dos órdenes bien establecidos, el Rugby Union (IRB) y el Rugby League. Debido a nuestro origen rugbístico nuestro país es parte del International Rugby Board, que agrupa a la gran mayoría de los jugadores de rugby del mundo.
Pues bien, en ese camino estamos. Ahora, además de los papeles, qué necesitamos para ser un miembro pleno?. Estructura y representatividad.

La estructura de nuestro rugby pretende basarse en un sistema de asociaciones entre clubes, las que a su vez conformarían nuestra FEDERACION DE RUGBY DE CHILE. La realidad nos está demostrando que los mejor organizados, han logrado posicionarse e imponer sus ideas y posturas, dejando relegados a los menos organizados, que se debaten en la “invencible precariedad” que menciona el filósofo criollo, Ernesto Rodríguez Serra. Además, semejando un gran derrame, esa invencible precariedad termina hoy por manchar a todo el rugby chileno. Sin mencionar la imagen que proyectamos hacia el exterior, en este mundo ya globalizado, en que todo se sabe.

Sobre la representatividad. No quisiera ser un medio para aumentar el derrame del cual hablo, pero para ser fiel a mis principios y a la opinión de otros estudiosos de este tema, debo decir que nuestro rugby adolece de representatividad real.

Para mantener una organización que se estimó la mejor, se ha apelado a acuerdos, negociaciones y mucho lobby, normales por otra parte, exceptuando que el objetivo no hubiera sido la permanencia de un sistema dirigencial, sobre la mejora de nuestro rugby.

La solución. Entonces nos encontramos hoy frente a un grave atraso en lo deportivo, producto de un sistema que quiere serlo, pero que su falta de estructura y representatividad no se lo permite. Observando la otra mitad del vaso, puedo decir que la FERUCHI tiene hoy una oportunidad única para comenzar a revertir esta situación y para comenzar a ayudar en la formación de clubes y asociaciones, tratando de hacer de la transparencia y la buena fe, sus elementos distintivos.

Pareciese ser simple: organizarse mejor. La tesis de conformar clubes parece ser la vía previa a la buena organización. Pero como miembro de esta legión, creo que una de las obligaciones de nuestra entidad superior, como ya dije es promover y facilitar, no solo sugerir.

Otra tarea necesaria es la revisión de las capacidades con que cuenta la Federación, lo que menos quiero es ver a mis dirigentes en algún informe televisivo que lo único que lograría sería dar varios pasos para atrás a nuestro desarrollo.

Más de nuestra realidad. Quién podría creer que el Campeonato de Clubes Campeones, hoy re bautizado como Liga Nacional ADO, tiene entre sus participantes un equipo (no conozco si hay otras situaciones similares en este campeonato) que nunca ha sido, y además, a voces de su máximo dirigente, NUNCA será un club?. Pues bien, ni siquiera un director de FERUCHI tiene bien en claro cuál es el camino; a pesar de las palabras del Head Coach nacional, todos asentimos, pero en la práctica seguimos con nuestras mañas. Esperemos que estos nuevos aires que trae el SEVEN en muchas competencias internacionales, sea bien capitalizado y no solo sea pan para hoy.

El estado. También brilla por su ausencia el rol del ESTADO en esta cruzada; pero quien se encarga de hacerle saber nuestra situación o plan estratégico?. Al parecer algún ex directivo de nuestra Federación, vinculado hoy al COCH no ha logrado transmitir nuestras necesidades o mejor dicho las necesidades del rugby de Chile, como podríamos esperar. Una política de estado poco clara en relación al deporte se sigue diluyéndose en la repartición de recursos financieros, cual viejito pascuero que trae regalos, que además, a la hora de abrir el paquete ya están pasados de moda, por no decir gastar plata para cumplir con el compromiso.

Tal como hace 25 años atrás seguimos debatiéndonos en buscar soluciones, mientras vemos alejarse a Uruguay y sentimos en nuestras espaldas el estruendoso avance de Brasil. Nuestras selecciones nacionales se siguen acostumbrando a los resultados adversos, cual inocentes acusados. En realidad nos estamos convirtiendo en los sparrings de turno de nuestros vecinos sudamericanos. Es muy doloroso escuchar a técnicos extranjeros, proponerse junto a sus jugadores, ya no ganar, sino trabajar en los detalles de cómo ganar; in goals en cero, supremacía en formaciones, superar las líneas de tackle, detalles de cómo ganar…

A propósito, como bien me apunta un colaborador, sería muy bueno se diera a conocer un balance en lo deportivo de lo realizado por nuestra selección en este último sudamericano. También coincidimos en que el único gran progreso en el aumento en el número de nuestros jugadores, al igual que en su país, fue ayudado por la campaña de Los Pumas en el último mundial… sobran las palabras.

Los grandes ausentes. Todos los días me pregunto: Y los veteranos del rugby de Chile. Dónde están?. Qué hacen hoy por el rugby (…casi escribo por sus clubes) de nuestro país?. Creo que juntarse con un grupo ex compañeros de equipo, unas cuantas veces en el año, no es devolver lo que el rugby les dio. Me sigo preguntando: Qué se hizo mal?, Porqué no se comprometen ni tan siquiera a dar su opinión!. Una verdadera perdida. Hay una frase que dice “quien no sabe de dónde viene, no sabe a dónde va…”, como se ajusta a nuestra realidad.

Me resulta triste escribir lo que veo: alguna dirigencia intransigente por aquí, desidia por allá, falta de compromiso por estos lados, etc., un panorama poco halagüeño al que muchos entrenadores deben enfrentarse día a día, tan solo con un juego de camisetas, algunos balones, con suerte algunos conos y sin un club que respalde a su trabajo a través de nuestros dirigentes.

Amigos, no hay duda al respecto: necesitamos clubes bien conformados y el compromiso de todos sus socios.

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Un Comentario

  1. Hay varios factores en juego y es difícil hacerse una idea de la “estructura del rugby chileno”. Por nuestro lado nos estamos acercando, no sin dificultad al estructuralismo, una corriente del conocimiento (Lévi-Strauss, Piaget, la lingüística, etc.), para ver como abordar el problema. La palabra estructura aparece en nuestros artículos anteriores y ha despertado en nosotros una interrogante, ha abierto un campo de juego.
    Pensamos que acercándonos a un segmento (asociación) de la estructura total, aprenderemos más de ese todo que es el rugby chileno (federación). La asociación es un módulo que se repite a lo largo de Chile y al interior de la asociación encontramos en vivo la problemática del rugby chileno, sus contrastes y su articulación. ¿Cuáles son los puntos débiles y los puntos fuertes de este módulo, base de la estructura total o rugby chileno, incerto éste último en la estructura IRB (gran total) al mismo tiempo?
    Un torneo central que le permita expresarse al rugby chileno en totalidad es muy difícil de poner en práctica por lo geográfico, la Liga de Rugby de Chile es un intento y pueden surgir otros torneos que convivan con éste, una armonización por parte de la Federación de Rugby de Chile se impone. Estamos en un país que no es circular, pero eso no impide que logremos una forma que va a ser nuestra, una forma que sea legible desde el exterior, como es el caso del campeonato español, por dar un ejemplo, y a pesar de no tener la misma forma que este ejemplo. Si no hay lectura no hay estructura y en este caso tenemos signos dispersos que no dicen nada o se expresan mal. Lo importante es evitar caer en un “feudalismo”, en una especie de “entre nosotros nada más”. En este aspecto, el rugby tiene que convivir mucho más con otros deportes.
    En cuanto a los “viejos”, pienso que podemos aportar en lo que es la difusión del juego, pero hay que asociarse, dándose una estructura de club con un plan de acción e incerto en una instancia o estamento (regional, federal).

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