Richie McCaw podrá seguir disfrutando de las vacaciones más allá del verano. Sólo comenzará el Super 14 en el mes de Marzo próximo, beneficiando de una cláusula “sabática” de su contrato. Pero no hará como su compañero de equipo Dan Carter, yendo por un tiempo a jugar al extranjero. Le gusta demasiado Nueva Zelanda. Le encanta volar…
Ya que cuando el capitán de los Blacks no recorre las tierras del McKenzie Country, en la provincia de Nord Otago, se dedica a sobrevolarlas. El rugby es una de las dos pasiones de McCaw, planear sobre las nubes es la otra y la lleva en sus genes.
Su abuelo, JH “Jim” McCaw fue piloto en la RAF durante la Segunda Guerra mundial. Enrolado en el escuadrón 486 con base en las cercanías de la costa sud-oeste de Inglaterra. Muy pocos aviadores volvieron del tipo de misiones en las que él fue voluntario. Y lo hizo con la convicción de cumplir con su deber. El tatarabuelo de Richie era Escocés y la herencia permanece viva en la familia a pesar de la distancia de más de 20.000 kilómetros. JH decide entonces de partir a combatir por la patria de sus ancestros. Realizando más de 300 raids, principalmente a bordo de Tempests. Durante el verano de 1944 estas salidas llegaron a ser casi suicidas. En el momento que Hitler quemaba sus últimos cartuchos, son JH y sus camaradas, los que tenían como objetivo el destruir los terribles V1 y V2. Nada de raro que Huwa hau Maka (cuidado con los vientos salvajes) haya sido entonces la divisa del escuadrón.
Siendo niño, Richie escuchaba las historias de su abuelo durante los meses de verano, en la granja que este tiene en Kurow. No solo eso, JH dirige una escuela de planeadores en ese característico lugar de la Isla del Sur, de reputación mundial por sus corrientes de viento ascendientes, lo que lleva al joven McCaw a aprender a pilotear. Su padre y dos de sus tíos practican también el vuelo en planeador.
Las ofertas
Con una prolongación de contrato de dos años con la NZRFU acordada antes del cuarto de final del Mundial pasado, a principios de 2008, mientras esperaba revisar algunos detalles de su contrato, uno de los grandes bancos del país le ofreció ser su embajador. Por una suma superior al millón de dólares neocelandeses, algo así como medio millón de dólares americanos.
Y cuando la Federación neocelandesa le hizo una nueva oferta mucho más ventajosa y con cláusula sabática, no lo pensó dos veces y ha firmado hasta 2011. Pues Richie quiere a todo precio ganar la Copa del mundo, entrar de lleno en la historia y ser considerado al igual que Sean Fitzpatrick, un capitán de leyenda, un líder indiscutible de hombres. Y esto para él sólo es posible levantando la Web-Ellis en 2011 en Nueva-Zelanda, algo que todo un país anhela.
222 tackles, nuevo record
Pero para él antes que nada está el equipo, algo que es motivo de admiración y respeto de la parte de sus compañeros. Incluso los jugadores más experimentados le piden consejo y lo toman como ejemplo. Durante el Tri-Nations, Mils Muliaina estaba poco motivado. “No andaba bien mentalmente y bueno observé a Richie, confiesa el zaguero neocelandés. Es extraordinario; responde a todas las exigencias dentro y fuera de la cancha y al más alto nivel. Lo que hace es notable. Tiene un amor natural por el juego y lo que quiere, es simplemente continuar a estar ahí, a tomar las cosas en mano. Asume una cantidad increíble de tareas sin que eso afecte a su rendimiento individual. Sigue siendo el mejor jugador del mundo junto a Dan (Carter), ser capaz de continuar siéndolo, temporada tras temporada, es fantástico.”
En Marsella McCaw disputó su test número 80 como jugador y el número 43 como capitán de los All Blacks. Nunca ha tenido un mal partido en 9 años de carrera. Nunca ha bajado la guardia, permitiendo que otro sueñe con ganarle el puesto. Jerome Kaino, 3ª línea por el lado ciego de los Blacks, sabe a que jugadores mirar para inspirarse: Jerry Collins y Richie McCaw: “Quiero asemejarme a Richie en la manera de intervenir en los puntos de contacto, de enfrentamiento. Sabe que va a la carga la mayoría de las veces, pero continúa a meter la cabeza y, en el 90% de los casos, sale con el balón.”
Pero las cualidades de McCaw no se limitan a la sola capacidad para soportar el castigo físico. Sus actuaciones se asemejan siempre a aquella que le valió ser elegido el mejor jugador del partido, en sus comienzos en Dublín en el año 2001. Su juego no ha evolucionado como en el caso de Michael Jones, hacia el ala lado abierto. No es en ningún caso su intención. “Yo estoy contento con cubrir el lado ciego o jugar como número 8. Pasar al lado abierto agregaría, sin lugar a dudas, un matiz más a mi paleta, pero si hay otro jugador que ocupa esa posición, ello significa que me falta algo para jugar en el VII.”
Si ha elegido no evolucionar es porque no tiene necesidad de ello. Su velocidad de desplazamiento es siempre la misma, a pesar de una pérdida de velocidad pura, pero no se nota ya que su capacidad de anticipación sigue siendo inigualable. Sus ángulos de carrera limpios e instintivos le permiten intervenir más pronto que otros jugadores más vivos que él. La temporada pasada tuvo 222 tackles a su haber en el Super 14. Ningún jugador antes que él superó la barrera de los 200.